viernes, 4 de noviembre de 2016

Aprender


De nosotros mismos a través de las nuevas circunstancias. Dejar las rutinas que nos son familiares puede darnos un poco de miedo. O mucho. Hacernos sentir perdidos y  pequeños. Como un barquito en medio de un océano. Quizá si nos dejamos fluir, nos abrimos a los nuevos comienzos, nos demos cuenta que toda nuestra vida nos ha ido preparando para esto que ahora empieza. Entonces aumentemos la confianza y energía para disfrutar del proceso y todo lo nuevo que vaya viniendo. Oportunidades y experiencias. Puertas que se cierran y quedan atrás. Puertas que se abren por las que debemos transitar. Con fe y gratitud, pero sin forzarlas. Como jugando un poco. Como algo natural. Hasta con diversión y relajación. Permitiendo una mayor afluencia de ideas, energía, conexiones espirituales y guías para actuar. Inspiración  para contemplar la vida y dejar que los deseos del alma se vayan descubriendo y manifestando.

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