Para ordenar las ideas. Organizar
los recuerdos. Separar lo real de lo ilusorio. Para decantar una escala de valores.
Reafirmarla o modificarla según resulte obsoleta o cooperadora. Para respirar. Escribo
para volver a encontrarme. Para saber quién soy. Y quien quiero o no llegar a ser. Para
alumbrar los límites, las líneas que no se cruzan. Para desandar un camino.
Desempolvarlo. Desmenuzarlo. Entender y avanzar de manera diferente.
Intrépida, aunque segura. También escribo para desandar el camino que no se entendió. Algunas cosas no tienen
explicación. Solo resta dejarlas ir. Para luego, un luego muy extenso tal vez…poder
escribirlas. Escribo entonces para liberar. Cortar los hilos de todo lo que pese para que el
corazón se torne más liviano. Y los recuerdos, organizados sí, queden solo en
las letras.
¡Qué bueno que haya vuelto al blog!
ResponderBorrarAsí es, estimado Jorge. De a poco, retomando viejos hábitos. Dicen que siempre se vuelve al amor verdadero.Uno puede dar mil vueltas, tomar atajos o alargar el camino cuanto se quiera...pero más tarde o más temprano todo va a estar donde tiene que estar. Gracias , muchas gracias por su acompañamiento incondicional. No he olvidado mi libro para el 2017 y espero que usted me haga el honor de escribirme el prólogo.
ResponderBorrar:)
ResponderBorrar