jueves, 12 de mayo de 2016

Sanatorios (I)



Son una pesadilla recurrente. Estoy recordando de a poco, por qué.  No hay aire natural. En pediatría las ventanas están selladas previendo algún niño muy intrépido o madre descuidada. O sea que no circula aire. Si hay algo imprescindible para mi es justamente , aire natural. Antes de dormir, ya sea medianoche , madrugada o ya de día no importa, salgo al jardín o abro una ventana .Inspiro muy profundo varias veces. Miro si hay luna o si se ve la cruz del sur. Escucho el sonido de las hojas que bailan con el viento, o los grillos o algún pájaro despistado que canta en verano a  medianoche. Nada de eso puedo hacer acá. Se me seca la piel, los labios, los ojos. Cuando decido salir a tomar aire con la excusa de buscar una gaseosa, un té apenas tibio,  cafés que no tomo o tickets para el wifi, regreso enseguida apabullada. Tal vez  debería caminar sin mirar y sin escuchar… Una señora llorando en la cafetería. Un señor mayor contándole a otro no tan mayor que no sé quién tuvo un infarto. Muchas personas con rostros notoriamente preocupados y ojos enrojecidos. Muchas preguntas me sorprenden con insistencia. ¿Cómo de repente mi escenario, mi vista cotidiana cambió tanto? ¿Yo también tendré ese aspecto sombrío y desconsolado? ¿Se puede caminar sin mirar y sin escuchar? ¿Puede una persona bañarse en apatía y bloquear las emociones, la sensibilidad?¿Será necesario para las personas que tienen que venir a diario? Como un instinto de supervivencia. Entonces regreso y prefiero la falta de aire y el encierro de la habitación. O el living del piso durante la noche cuando ya no hay nadie. Para por lo menos escribir esto y tratar de mantener algo de mi mundo. De emociones, de sensibilidad , de magia y de arte. Nada de eso encuentro en este lugar.  Pero el bebé que llora todo el tiempo me recuerda que estoy acá todavía, donde no quiero estar. Y que mañana cuando salga y vuelva le voy a traer un osito musical, esos que se ponen en las cunas. Para que escuche algún sonido bello. Ya que se escucha mucho llanto y tos pero ninguna palabra de consuelo ni de amor de su mamá.

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