Si nos animamos a escuchar, se
pueden encontrar aún en el silencio. No solo nos define aquello que hacemos,
sino aquello que dejamos de hacer. Incluso, lo que permitimos que otros hagan. Es
igual de importante una presencia que una ausencia. Una palabra, que un espacio
vacío. ¿Será cuestión de quedarse un poco quieto y alejarse del ruido? Respirar
hondo y aprestarse a escuchar lo que la vida nos está diciendo, aunque no nos
guste o no estemos de acuerdo. Dicen que no hay peor sordo que el que no quiere
oir.
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