jueves, 27 de junio de 2024

Maestro. Hoy.


 

1/ 

Hace nueve años un invierno frío como este, nacía este blog.  Pensamos mucho el nombre y al mismo tiempo le dimos espacio para que naciera. Escribo “pensamos” porque fue de a dos, mi maestro y yo. Surgió a partir de la idea  de que siempre me sentí sapo de otro pozo, rana de otro charco. Para mis compañeras de facultad, yo era muy bolichera y la música electrónica no estaba bien vista. En el boliche, era muy santa porque no consumía nada más que (poco) alcohol. Y así podría seguir en cada grupo que frecuentaba. Estaba, pero no “era”. Una rana en el mar (las ranas no sobreviven en agua salada) tratando de sobrevivir. De encontrar la belleza y la verdad en cada día, sea como haya sido. Y este es su diario


2/

Mi maestro, Luis Gruss fue la primer persona que creyó en mi como escritora. Me vio. Me vio más allá de lo que yo podía verme. Decía que nunca me iba a pasar eso de la hoja en blanco, pues me salían incontables  palabras e ideas con facilidad. Y que tenía estilo propio, que era lo más difícil de encontrar. Lo importante del oficio de escribir, lo aprendí con él. Reescribir, editar, podar. De mil caracteres me quedaban trescientos. Aprendí a dejar solo lo importante, lo esencial, aquello que no puede ser  quitado. A depurar y no repetir. Aprendí la importancia de los silencios y los puntos que enlazan cada oración. A desplegar oraciones cortas. A veces de una sola palabra. Luis solía preguntarme que era más importante en una red, si el nudo o el espacio vacío. Aprendí cuanto amor, respeto y cuidado puede haber en la honestidad brutal. Algo tan liberador y confiable en todos los órdenes de la vida. Pues sí, aprendí de escritura y de vida, que para mi son sinónimos.  Me ha dicho que algún texto mio era un real disgusto, y así también  cuando exclamaba que algo era maravilloso o magnífico y que no tenía corrección alguna para hacerme, yo sabía que así era. Ser honesto y verdadero te hace ser confiable. Aquellos que pueden apreciarlo con valentía, agradecimiento y honra sienten una liberación y tranquilidad asombrosas. Porque saben que no hay filtro. Así lo sentí yo.


3/

 Luis hablaba de Andrea, su novia colombiana con admiración. Por ella y por ellos dos juntos, cosa que siempre me conmovió. Un amor así de limpio. Hablaba de las medias que se perdían, de la isla Martín García y las tortugas de las islas Galápagos. De viajes, de su gato y su bicicleta. Compartíamos el amor por Olivos, lugar de residencia en su juventud y lugar en el mundo que me encontró y adoptó cuando me vine de Uruguay. No le gustaban las redes sociales por su inmediatez. Cuánta  razón tenía,


4/ 

Estos días pensaba en buscarlo para que me corrigiera un escrito. Y lo busqué. A Luis, mi querido maestro. Encontré que  partió hacia el Otro Lado un par de años atrás debido a la pandemia. No sé si es mayor el desconcierto o el desconsuelo. O la tristeza. O todos. Lo contacté por linked In, por las dudas. Como si acaso me fuera a contestar. Como si todo lo demás fuera a estar equivocado. Luis me estaría diciendo: “escribí de eso”. Escribí acerca de que no sabés que escribir. Sé que mi honra y agradecimiento se encuentran retomando este espacio. 


Gracias  Luis (o Hemingway, como te solía llamar)


⭐En memoria de Luis Gruss. Docente, periodista, escritor, amante de la vida, el vuelo, los instantes y la magia cotidiana. Poeta. Y sobre todo, maestro. Se fue, pero está.

martes, 28 de junio de 2022

Los Bogies o robadores de almas

Son criaturas míticas nórdicas, peligrosas y aterradoras. Encuentran satisfacción en atormentar a los seres humanos y robarles su alma. O Seducirlos para que la vendan. Son de muy bajo perfil y risueños, por lo cual no es fácil reconocerlos. Se camuflan fácilmente entre los humanos. Parecen correctos e inofensivos. Prefieren los seres luminosos y las mujeres de belleza imperial. Un corazón noble siempre es más preciado botín que uno ya corrompido.

El humano no se da cuenta. Tal es el poder de los Bogies. Lo dejan sin alma, sin existencia. Vacío. Como una cáscara hueca. Le succionan su esencia, el corazón queda sin vida. Usan la seducción de placeres mundanos y bellezas efímeras y artificiales. El humano des-almado, ya des-corazonado no se da cuenta en absoluto. Hasta cree estar en algo así como un Nirvana. En el paraíso. Éxtasis total. Embriagado de satisfacciones deslumbrantes y egoicas. Hasta son capaces de llamar a eso amor. Si. Yo los he visto. El que era humano, ya está desconectado de  la luz y no puede distinguir qué es el bien y qué es el mal. Se nota porque está como inerte, insensible. No vibra al compás del universo. No siente compasión. No tiene conciencia. No conoce de conexiones álmicas. Se mueve por interés, disfrazado de mil nombres. A esa altura, ya está comprado o vendido. Algo asi como un Fausto moderno. Ya es un Bogie más, en busca del próximo ser humano a des-almar.

Algunos pocos, son recuperables. Otros, mejor no intentar.


jueves, 3 de mayo de 2018

Osa Mayor

También llamada constelación del carro o montaña rusa. El firmamento nocturno se ve abrumado algunas noches de mayo en este hemisferio, por el movimiento de sus siete estrellas principales. Suben y bajan según sus diferentes sustancias químicas, su seguridad o por el contrario, su falta de confianza. Esto hace que el espectro de luz cambie según la rotación de cada una de ellas. Y también según el efecto de gravedad. Parecen ir del drama a la comedia. A veces se potencian y crean nuevas galaxias en forma de espiral. Y otras tantas crean circuitos pesados insanos. Divierten tanto como asustan. Se desconoce cuál será su próxima dirección, su próximo giro. Hasta Ulises, según cuenta Homero en  La Odisea  intentó en vano guiarse por ella para volver a su hogar. Algunas veces se sentía ir volando y otras de pie o sentado, inmóvil. Sin llegar a ningún lugar. Es tal la inestabilidad que suscita esta constelación, que se hace necesario neutralizarla. Para ello, nuevas estrellas son creadas que mantienen su forma y su lugar. Entonces siguen siendo útiles para los viajeros, los astrónomos y los poetas. Y hacen que el carro siga funcionando.

martes, 1 de mayo de 2018

Un soplo de vida


El reino vegetal es la base, el principio fundamental para los seres vivos más desarrollados. Las plantas son artistas de la supervivencia y de la vida.
Nanna, diosa germánica de las flores  y su esposo, el dios de la luz  Baldur, notaron con inquietud que una planta  estaba perdida. El rayito de sol parecía delicado y quebradizo. Vulnerable al clima y a las tempestades. A la tierra gastada y seca y también a las pestes. Lo vieron desconectado de su alma y  muy lejos del aliento divino. Convinieron entonces en darle un soplo de luz y amor puro sumergiendo la atmósfera en un brillo claro. Para ampliar el horizonte y curar el dolor. Muy de a poco, el rayito empezó a comunicarse a través de las raíces y el aire. Sin importarle si vivía en muros rasos, pudo mirar a través del barro y el cemento. Consiguió asomarse de nuevo y como siempre, en los lugares más insospechados. Con la tierra más húmeda y fértil que antes, al fin, el rayito volvió a encontrar su lugar.

lunes, 15 de enero de 2018

Amores con vida propia



Las luces estaban apagadas. Las puertas cerradas. Las estrellas escondidas bajo un tormentoso y sombrío cielo. Una noche de enero, la oscuridad se iluminó con la fuerza del destello de un relámpago. Neptuno y Lunara sintieron celos al ver una fuerza magnética más poderosa que la suya. Las corrientes del Río de la Plata se les rebelaron. Las náyades se vieron desafiadas y el oleaje las estremeció. Era uno de esos amores que tienen vida propia. Que son encontrados sin esperar. Casualidad o predestinación. Esos, los que pueblan las noches y  mares de magia. Se cuelan sin preguntar. Se salen del guión. Sorprenden y conmueven.  Alinean los planetas si se les permite. Abrazan el alma. La descosen, la desarman y la vuelven a armar. La traen de vuelta entre cuentos y té de frutos rojos. Su paz aquieta los miedos. Su seguridad disipa las incertidumbres. Su paciencia y serenidad encuentra luz en las sombras más apabullantes. Y además la hace brillar. Son esos que depuran y cambian el tiempo. Su contención encuentra una cura para cada dolor. Prueban y fortalecen los corazones que los perciben como una  gracia divina.  Los aceptan como el milagro que son y los dejan navegar a su ritmo. Casi como si tuvieran vida propia.

John Legend - All of Me

jueves, 17 de agosto de 2017

Como irse de viaje



No hubo Virgen de Guadalupe, ángel de la guarda ni San Antonio que pudiera confortar un corazón tan atribulado. Quiso que fuera posible lo imposible, pero la razón y la ciencia pudieron más que el sentimiento, la decisión y el sentido. Sofocado, se desconectó. Dejó de reconocerse. Se perdió. Se dejó en suspenso y se aventuró fuera de sí. Buscando su propio Dios. Un fundamento para su propia vida. Reclamó más aire y más luz. Salvarse de la nada y de los días iguales a los días. Hasta que al fin comenzó a extrañarse. Sus hábitos, sus pasiones y todo aquello que lo hacía vibrar. Latir al compás del universo. Mirarse en el espejo. Vivificar el alma. Recordar por qué se vive y comprender por qué se muere. Y se dio cuenta que no se había ido a ningún lado. Que siempre estuvo ahí, aunque dormido de miedo y confusión. Se reencontró, se miró y se vio. Casi como si fuera un viejo amigo. Con la misma esencia, las mismas pasiones, pero más vivo.  Ahora, con la sensibilidad aguzada.