1.
Algunos árboles en un momento de
su crecimiento, no saben hacia donde ir. Se detienen. Se cierran a lo que ya no
funciona. No avanzan. Fuerzan su forma natural. Pueden engrosarse , salir dos ramas de una o formar
una torsión extraña. Se entrelazan las rutas físicas y espirituales. El tiempo
parece detenido. Sin embargo, concentran su esencia y su poder quedando
suspendidos en la eternidad. A la espera del momento propicio en que puedan
continuar su desarrollo. Abrirse y recibir nuevos caminos. Desplegar su gracia
comprometidos y transformados.
2.
Los druidas buscaban estos nudos en ramas de roble como símbolo del cruce
entre el sendero espiritual, el fluir de la vida y el movimiento dentro de lo
que es eterno. Creían que todo lo que existe en este mundo está limitado por el tiempo y el cambio pero mucho más allá de eso, descansa serenamente en la
eternidad. Respondiendo a su propio crecimiento y pulso vital.
3.
Para las personas ¿será algo parecido? Que albergamos algún nudo de poder o de algo cuando no sabemos qué camino seguir o
qué decisión tomar. Cuando nos quedamos impasibles, impertérritos ¿es que germina algo que surgirá
cuando haga falta? O es legitimar el estar
cómodos haciendo nada…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario