El bebé tiene dos meses y ella se
está deprimiendo . Dice que su tiempo ya no es su tiempo. No puede ir a la
depiladora ni a hacerse las manos todas las semanas. Así que ahora al bebé lo va a
cuidar la abuela a la mañana y el resto del día, el jardincito maternal . Así ella
puede dormir la siesta e ir de compras. Le encanta comprar. Sobre todo ropa y
tecnología. Organizar vacaciones y cenas con amigos. Antes me daba pena mi contador . Mauro es un buen hombre, le
va bien en la consultora. Es inteligente y hasta más o menos buen mozo. Siempre
creí que estaba enamorado de ella. Pero se ve que los años me hacen más empática
con algunas cosas , menos tolerante con otras y más realista sobre todo. No hay
amor ahí. Hoy lo pude ver y me impresionó mucho. Ella quería casarse con el
contador, tener tres hijos y vivir en un barrio cerrado. Tener una chica con
cama y no hacer nada. Ahora ya puede descansar. El quería un apellido, un lugar
en la sociedad. Una esposa y también tres hijos y una casa en un barrio cerrado. Pasarla más o menos bien. Tampoco le importa mucho ni se plantea ser un buen esposo o algo parecido a la monogamia. No deja títere con cabeza
en el estudio. La mayoría de las nuevas socias o clientas o secretarias han
pasado por su escritorio. La tilinga lo sabe y tampoco le importa. A fin de cuentas ¿
con quien duerme a la noche y con quien pasa Navidad? Ella a veces se
entretiene con el paseador de perros y la he visto ponerse brillito en los
labios antes de ver al pediatra. Antes Mauro me daba pena. Le veía otras
posibilidades. Parecía tener otros intereses y otra riqueza interior. .
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