viernes, 8 de abril de 2016

Mi razón para creer


Se me esfuma de a ratos. Se desdibuja. Ojalá me encuentre, así creo.

Que mientras hay vida, hay posibilidades. Que los garabatos indescifrables del cuadernito se van a aclarar. Igual que el corazón. Cuando se siente claro, se piensa claro. Y se escribe de todas formas. Que el cabello enredado sobre la almohada va a descansar en una húmeda noche de lluvia. O se va a enredar más en otra almohada y otra cama. Pero la misma lluvia. Y va a descansar igual. Que las mosquitas grises aleteando desconsoladas  en la soberanía de la noche, van a encontrar su lugar y su paz. Y ya no van a agobiar. Ni a marear. Ni cansar.  Que las personas que aman con el corazón son más que las que aman con el intelecto. Y una lluvia de estrellas multicolor las envuelve y las resguarda en una noche de abril. En una lluviosa noche de abril que no quiere quedar en el olvido.

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