¿Cuáles estoy librando? Si se vuelven muy costosas; ¿tienen
sentido, cuál es su propósito? Tendría que encontrar su razón y los obstáculos que tengo en el
camino. Por momentos no basta sólo fluir, sino crecer. Esas fallas o defectos con toda seguridad sean
algo de lo que tengo que aprender. Para
vivir más simple, más feliz, más liviana. Esas debilidades más que una preocupación u
objeto de desánimo deberían ser un estímulo, ya que significa apuntar más alto.
Tratar de mejorar. ¿Cuál es el enemigo que realmente estoy tratando de vencer?
Si existe, lo tomo con agradecimiento. Importa darme cuenta en qué parte del
plan es que me perdí y se me escapó la armonía. Si reconozco las virtudes que
más admiro en otras personas, o los defectos que me producen mayor rechazo, seguramente veré aquello de lo
que carezco o necesito trascender. ¿Como el desapego? Solo se nos arrebatan las
cosas que no queremos entregar. Decidirlo con el intelecto es más fácil. Sentirlo desde el alma y llevarlo a la práctica, no tanto.
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