martes, 14 de marzo de 2017
Anfítrita
Teniéndolo todo y más de lo que hubiera soñado, se dio
cuenta de que no tenía nada. Quiso dejar espacio para que su brillo y su
frescura volvieran a aparecer. Entre susurros de miedo sin
nombre, huyó justo antes de su boda con Poseidón. Los silencios le hablaron y
su corazón quedó embriagado de libertad. Sus dones y su belleza se habían tornado obsoletos. Ya no le interesaban ni
podía nadar en ellos. Como si fuera otra ninfa, pero no de su mar. Quiso dejar
espacio para el misterio alejándose del desgano, la seguridad y la comodidad
que le daba ser la esposa del dios griego del mar. Los espacios vacíos suelen ser necesarios para
permitirse ser lo que uno es. Dejó de llenarse con cosas que creía que
necesitaba. Que le quitaban paz, aunque nadie lo notara. Ni siquiera Poseidón.
Pero fue traída de vuelta por un delfín.
Entonces aceptó sin comprender, sin esperar y sin especular. Cambiaron sus
enfoques y prioridades. A qué le
dedicaba su tiempo y de qué manera.
Anfítrita viaja sobre las olas como Señora de
los Mares, montada en una carroza. El delfín fue condecorado en el cielo en
forma de constelación
sábado, 11 de marzo de 2017
Un tetris
Es la vida. El mejor juego de
todos los tiempos. Las figuras van
cayendo y hay que ver como acomodarlas. Como los relatos selectivos. Y las
personas tibias, que no encajan de manera
horizontal ni vertical. Así y todo en un instante, tratar de que no se escape
una mañana pintada de noche. Con
agilidad pero no muy rápido, solo como para no dejar espacios vacíos. ¿Y ese cielo color
café en degradé? Un parpadeo y ya no está. Son momentos. Momentos justos para los amores de bar. Que
hacen como que les importa el café de máquina espumoso. Pero se distraen y se
pierde la partida. Casi siempre hay un bonus track, pero es más difícil. Va más
rápido y los tetrominós caen desordenados, a su antojo. Pero quedan los amores
de hotel barato. Aunque huelan a humedad. ¿Qué más da? Si lo que importa es
ganar el juego. Un tetris. Azaroso. Se puede hacer elegante, aún bajo presión.
También es un arte la forma de jugar. Con tiempo y paciencia que no abundan, quizás se pueda llegar a aprender. Y seducir a la luna menguante de esta noche, para
que caiga justo en los sueños que tiene que caer. Y ahí se quede. En su lugar.
¿Fortaleza?
Una persona es fuerte o incluso
temeraria cuando decide abandonar las seguridades.
Pero cuando son las seguridades
mismas las que abandonan, ceden su lugar a las dudas y dejan a la persona despojada, sola y vacía…¿cómo se llama?
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