1/
Las estrellas no piden permiso
para brillar en el firmamento. La luna no espera para moverse. Ella sigue su
ritmo. Gira y se traslada sobre su eje. Del mismo modo se mueven las personas
felices. Son a la vez el sol y el satélite de su vida. Deciden sus movimientos. Aflojan la mente y se dejan fluir con su propio vaivén. Con
tanta naturalidad que con un poco de gracia o desconcierto, todo lo demás
acompaña sin remedio.
2/
¿Será cierto eso de que las
decisiones importantes se toman rápido y de una sola vez? Hay situaciones que
requieren algo drástico, eso sí. Es de
una manera o es de otra. No se puede estar medio embarazada o medio casada. Se
está o no. La seguridad total no existe ni va a existir nunca. A veces
desmenuzar las cosas, complica. Pero hay
que arriesgar por algo. No se puede estar en el limbo para siempre. Lo peor es
ese estado intermedio que no se termina
de definir. Pero después de que la decisión está tomada, todo lo que viene es
cuesta abajo. Quizás sea bueno de vez en cuando cerrar los ojos , saltar y
dejar que el lucero vespertino guíe.
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