lunes, 11 de julio de 2016

Algún día



Voy a tener que empezar de nuevo.  Mejor dicho, empezar distinto. Armar el rompecabezas.  Elaborar un producto nuevo. Por no decir un corazón nuevo, aunque en literatura y en la imaginación, todo es posible. Algo diferente, novedoso.  Siempre suena bien una nueva historia, un nuevo cuento. Un cuadernito nuevo para escribir . Como cambiar la escenografía, las cortinas de la casa, los sillones  de lugar, la pintura de los muebles…En realidad es casi todo el mismo material, pero dispuesto de otra manera o visto desde otro ángulo. El reposo y la quietud vienen bien para dilucidar lo que no es tan obvio. Sacar definitivamente lo que no encuentra lugar y establecer los dos o tres o cuatro pilares fundamentales sobre los que quiero construir. Me gustan los buenos guiones, los agradables de leer, que se pueden disfrutar. Cada uno va escribiendo el suyo. Por momentos la historia se puede ir a la banquina o a una calle cerrada. Pero siempre se está a tiempo de volver a reescribirlo, si se sabe que es lo que se quiere contar.

Voy a tener que decidir de todos mis intereses , a que realmente le voy a dedicar mi tiempo y mi amor. De todo el trabajo atrasado, cuál voy a elegir, cuál vale más el esfuerzo y la dedicación.  Diseñar y confeccionar el tutú para la muestra de fin de año del teatro. Armar el corsette con esa tela de brocato rosa glorioso que encontré en una esquina perdida en la calle Lacroze. Algún día más bien próximo, voy a tener que ocuparme de  diseñar el vestuario para la nueva ópera, "Carmen". Dejar ir a Dina y Sam de"Trouble in Tahiti", personajes que tanto amé pero que esta vez no fueron para mí. Cuesta un poco (o bastante) soltar personajes que uno amó. Que impregnaron con su magia e hicieron crecer ¿A quién le gusta desprenderse de lo bello y de aquello que dio alegrías? Pero una vez que se asume y se hace, se resuelve para siempre.  Esa Dina y ese Sam de mayo del 2016, no vuelven. Debe ser por eso que costó tanto. Nadie se vuelve a bañar dos veces en el mismo río.

Voy a tener que salir al mundo de nuevo. Con otro aire. Con otra piel. Otros sueños. Con el mismo amor de siempre que pongo en todas las cosas, solo que administrado de otra manera. Algo así.  

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