domingo, 30 de agosto de 2015
sábado, 29 de agosto de 2015
viernes, 28 de agosto de 2015
Paciencia
Ser paciente conmigo me está resultando difícil.
Con lo impulsiva y expeditiva que soy, estos días son un aprendizaje. Estoy conociendo lugares míos
que ni sabía que existían. Veo algunas cosas importantes desde otra
perspectiva. Me conmuevo con otras que jamás hubiera imaginado y de repente un
día noté. Sé que en el tiempo que viene tengo muchos cambios para hacer. Poner
gran parte de mi vida patas para arriba.
Alborotar mucho para encontrar un nuevo orden. No hay forma de suavizarlo ni de
adornar nada. Las cosas importantes se hacen así. En otro momento hubiera empezado por un final
apurado y exigido, y después hubiera visto como seguía. Lo hice varias veces
antes y nunca resultó. Ahora ni yo me reconozco. Esta parte reflexiva y
pausada es desconocida para mi. No solo estoy convencida de aquello que quiero
hacer, sino también de que manera. Elijo lo
que creo que es mejor para todos. No es lo mismo de una forma que de
otra. Y de vuelta no tengo paciencia conmigo. Querría
haber resuelto ya mis inquietudes . Estar viviendo una vida nueva. Pero sé que hay tiempos que tengo que
aceptar, respetar e incorporar. De personas y situaciones que llevan su proceso.
No todos reaccionamos de la misma manera ni necesitamos lo mismo . ¿Por qué
esperar que alguien haga lo que yo hubiera hecho? ¿Por qué creer que hay una
única fórmula y que la que va es la mía, anulando cualquier otra? Si somos
individuos cada uno con su propio paisaje. La amorosa paciencia que tengo
con los demás es inversamente proporcional a la que tengo conmigo.
jueves, 27 de agosto de 2015
En luna llena
Aumentan la creatividad y la
alegría. La ternura y el deseo. Los sentidos están más abiertos y receptivos. Conmueven y agitan . Las estrellas son fulgorosas y
titilan seguras. A veces, como en una lluvia. Y otras solo una, rápida y
fugaz que nos hace pedir tres deseos. Los temblores de amor son más intensos.
Estremecen a las crisálidas y el momento suena a eternidad. La Madre de los Pozos,
que siempre espera paciente, ayuda a los enamorados que se acercan entre
sí. Por un tiempo los deja ver en el Libro de la Vida. Así, los ayuda a hilar
un destino luminoso y sereno. En estos días, la luna envuelve todo con
una capa plateada y la energía es fuerte, estable y refulgente. Los
romances son impetuosos. Aunque irreflexivos, desintoxica su lucidez y su
entendimiento. Las sonrisas mueven y animan las sensaciones de una noche
prolongada. Las caricias se endulzan . Y vibran de quererse tanto.
martes, 25 de agosto de 2015
La nena que no está
Era alegre y bien dispuesta. Le gustaba jugar
a los videojuegos con el hermano y los amigos, pero ella tenía los de Kitty. Disfrutaba de casi todos los
planes divertidos que le proponían. La escuché decir que le gustaban
los tostados con doble jamón y doble queso y los licuados. Otro día, la torta de
chocolate con esencia de almendras. Cuando se aburría de los juegos con los
varones, le gustaba mirar cómo se borda una muñeca. Y todo decía qué
lindo o no te preocupes , estoy bien. La última vez que fue a un cumpleaños,
ante la pregunta de “¿dulce sí, salado no?”, la mamá contestó que cualquier cosa, que a esa altura
comiera cualquier cosa , lo que ella quisiera. Se internaba cada tanto y era
costumbre para todos. Estaba unos días y volvía al colegio. Ella decía que se iba de spa, le gustaba
bromear con eso. Los sábados ,entre videollamadas con los amigos, se iba de
compras con la mamá. En su última internación, nadie se había dado cuenta de
que no habría otra. Hasta la tarde del 25 de agosto. Todos sus amigos la
querían y la cuidaban . Uno de ellos recorría las aulas del colegio acarreando fieles para
hacer cadenas de oración en la capilla. Hacía listas para ver a
quien le tocaba ir ese día. Y se indignaba si alguno llegaba a hablar en vez de
rezar. Hasta no hace mucho, tenía la foto de ella como cubre pantalla en el celular y en la
computadora. Todos los meses de agosto, cuenta cuantas semanas faltan y cuantos días para
el 25. Siempre dice lo mismo, que ella era la única que le compraba la
chocolatada que a él le gustaba.
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