viernes, 28 de agosto de 2015

Paciencia



Ser paciente conmigo me está resultando difícil. Con lo impulsiva y expeditiva que soy, estos días son  un aprendizaje. Estoy conociendo lugares míos que ni sabía que existían. Veo algunas cosas importantes desde otra perspectiva. Me conmuevo con otras que jamás hubiera imaginado y de repente un día  noté. Sé que en el tiempo que  viene tengo muchos cambios para hacer. Poner gran parte de  mi vida patas para arriba. Alborotar mucho para encontrar un nuevo orden. No hay forma de suavizarlo ni de adornar nada. Las cosas importantes se hacen así.  En otro momento hubiera empezado por un final apurado y exigido, y después hubiera visto como seguía. Lo hice varias veces antes  y nunca resultó. Ahora ni yo me reconozco. Esta parte reflexiva y pausada es desconocida para mi. No solo estoy convencida de aquello que quiero hacer, sino también de que manera. Elijo lo  que creo que es mejor para todos. No es lo mismo de una forma que de otra. Y de vuelta  no tengo paciencia conmigo.  Querría  haber resuelto ya mis inquietudes . Estar viviendo una vida  nueva. Pero sé que hay tiempos que tengo que aceptar, respetar e incorporar. De  personas y situaciones que llevan su proceso. No todos reaccionamos de la misma manera ni necesitamos lo mismo . ¿Por qué esperar que alguien haga lo que yo hubiera hecho? ¿Por qué creer que hay una única fórmula  y que la que va es la mía, anulando cualquier otra? Si somos individuos cada uno con su propio paisaje. La amorosa  paciencia que tengo con los demás es inversamente proporcional a la que tengo conmigo.

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