1/ Cuatrocientos tres
Intentos infructuosos. De indiferencia. De resistencias. De olvido. Cuatrocientos
tres días de emociones encontradas. De incertidumbre. De inquietudes. De sorpresa
y falta de comprensión. Cuatrocientos tres días de agradecimiento. De
aprendizaje. De auto conocimiento. De descubrir cosas maravillosas que no se
conocen hasta que pasan. Y absolutamente todo se ve distinto, hasta Elías el
gato del tano de enfrente parece que tiene otro color y otro andar. Cuatrocientos
tres días de emociones que nadie cuenta o nadie sabe explicar. De pura
creatividad y amor. De inspiración. Hay cosas que no salen ni estudiando ni practicando
toda la vida… aparecen solas. Cuatrocientos tres días de percibir y dejarse
transformar. De todas las maneras en que una persona puede conmoverse y dejarse
llevar. Sentir puede sentir cualquiera. Pero hay que tener algo de
sensibilidad, ser capaz de apreciarlo y corajuda para disfrutarlo. Días de puro
y genuino agradecimiento, otra vez. Porque de tanta luz incorporada asumida y transformada ya no se puede volver
atrás. Nada se sabe antes. Cuando se sabe, ya es después. Ese tipo de amor y esa apertura quedan para
siempre. Fluyen. Baten alas sin destino fijo.
2/Soltar
Y el cuatrocientos cuatro fue
para liberar. Para apaciguar . Para pacificar confusiones que pegotean. Que no
aportan nada sino más confusión y desentendimiento. No importa cuánto uno
trate, cuando el dejar ir sale del corazón no de la mente, se cristaliza. Se
hace efectivo naturalmente. Las penas y enojos se desvanecen porque ya no
tienen razón de ser. Pierden fuerza. Cuando
se explica sin saber de qué se está hablando, cuando no hay comunicación real, la
magia tambalea -la magia no se puede
manejar- y los cuatrocientos tres días
se dudan. Es agotador y más confuso dudar de tanto tiempo. Se trata de entender
para tapar la realidad. Para inventar un orden (ficticio) que deje dormir en
paz. No se puede dilucidar qué movimiento de piezas hubo que movilizó ciertas
consecuencias. Tel vez falta de fé. Cuando uno cree, cree. Salta a lo
desconocido. Como un acto de arrojo . Día a día. En libertad. Sin
expectativas ni un fin, porque el mismo proceso es el fin. Uno cree y reposa. No piensa , busca y tiene
una respuesta. Simplemente cree. Se sumerge en las situaciones. ¿Se podría
haber hecho algo distinto? Quién lo sabe. Los seres humanos todos nos
equivocamos y vamos aprendiendo en el andar. ¿Se podría haber obrado con más
amor y cuidado? Cuando la respuesta es no, entonces una está tranquila con una
misma. Entiende que todos tenemos diferentes procesos evolutivos y está bien
así. Entonces es mejor no estirar, dejar ir lo que no se quiere quedar y estar en paz.
3/Vacío
Dejar el espacio vacío. Sólo el
vacío se puede volver a llenar. Con personas y situaciones nuevas. Oportunos
aprendizajes aunque sean inesperados o extraños. Luces desconocidas hasta
hoy. Ser más libre. Abierta a la vida y a sus infinitas posibilidades. Nutrida
de cosas buenas y bellísimas, albergando nuevas esperanzas de volver a encontrarme con
partes inéditas de mi misma.
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