sábado, 4 de junio de 2016

Ciclo



1/ Cuatrocientos tres

Intentos infructuosos.  De indiferencia. De resistencias. De olvido. Cuatrocientos tres días de emociones encontradas. De incertidumbre. De inquietudes. De sorpresa y falta de comprensión. Cuatrocientos tres días de agradecimiento. De aprendizaje. De auto conocimiento. De descubrir cosas maravillosas que no se conocen hasta que pasan. Y absolutamente todo se ve distinto, hasta Elías el gato del tano de enfrente parece que tiene otro color y otro andar. Cuatrocientos tres días de emociones que nadie cuenta o nadie sabe explicar. De pura creatividad y amor. De inspiración. Hay cosas que no salen ni estudiando ni practicando toda la vida… aparecen solas. Cuatrocientos tres días de percibir y dejarse transformar. De todas las maneras en que una persona puede conmoverse y dejarse llevar. Sentir puede sentir cualquiera. Pero hay que tener algo de sensibilidad, ser capaz de apreciarlo y corajuda para disfrutarlo. Días de puro y genuino agradecimiento, otra vez. Porque de tanta luz incorporada  asumida y transformada ya no se puede volver atrás. Nada se sabe antes. Cuando se sabe, ya es después.  Ese tipo de amor y esa apertura quedan para siempre. Fluyen. Baten alas sin destino fijo. 


2/Soltar

Y el cuatrocientos cuatro fue para liberar. Para apaciguar . Para pacificar confusiones que pegotean. Que no aportan nada sino más confusión y desentendimiento. No importa cuánto uno trate, cuando el dejar ir sale del corazón no de la mente, se cristaliza. Se hace efectivo naturalmente. Las penas y enojos se desvanecen porque ya no tienen razón de ser. Pierden fuerza.  Cuando se explica sin saber de qué se está hablando, cuando no hay comunicación real, la magia tambalea  -la magia no se puede manejar-  y los cuatrocientos tres días se dudan. Es agotador y más confuso dudar de tanto tiempo. Se trata de entender para tapar la realidad. Para inventar un orden (ficticio) que deje dormir en paz. No se puede dilucidar qué movimiento de piezas hubo que movilizó ciertas consecuencias. Tel vez falta de fé. Cuando uno cree, cree. Salta a lo desconocido. Como un acto de arrojo . Día a día. En libertad. Sin expectativas ni un fin, porque el mismo proceso es el fin.  Uno cree y reposa. No piensa , busca y tiene una respuesta. Simplemente cree. Se sumerge en las situaciones. ¿Se podría haber hecho algo distinto? Quién lo sabe. Los seres humanos todos nos equivocamos y vamos aprendiendo en el andar. ¿Se podría haber obrado con más amor y cuidado? Cuando la respuesta es no, entonces una está tranquila con una misma. Entiende que todos tenemos diferentes procesos evolutivos y está bien así. Entonces es mejor no estirar, dejar ir lo que no se quiere quedar y estar en paz. 


3/Vacío

Dejar el espacio vacío. Sólo el vacío se puede volver a llenar. Con personas y situaciones nuevas. Oportunos aprendizajes aunque sean inesperados o extraños. Luces desconocidas hasta hoy. Ser más libre. Abierta a la vida y a sus infinitas posibilidades. Nutrida de cosas buenas y bellísimas, albergando nuevas esperanzas de volver a encontrarme con partes inéditas de mi misma.

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