martes, 15 de marzo de 2016

Un día de capa caída...



…que ya termina. Pegajoso. Estirado y lento. Mezquino. Alejado de todo. Sin  pretender ser otra cosa que eso mismo. Un día de fiebre chato. La diferencia entre padecerlo y optimizarlo en lo posible es la adaptabilidad. Y esperar a la mañana despejada, que por suerte hay una todos los días.

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