Su valor depende de quién lo
observe y cómo. Del momento en que eso ocurra. Depende de la luz y de la
intensidad que se le quiera dar. De qué es aquello que se quiere mostrar. Y de lo que una
quiera ver. Hasta donde se puede soltar la vista. Serena o caprichosa. Prudente
y mezquina. O aventurada y suertuda. Mirar y encontrarle algo mío. O que no me
represente nada. ¿Cómo puede una misma cosa ser tan diferente según quien la
mire? O para el mismo observador ¿Cómo algo que significó tanto en un momento, luego resulte tan lejano, tan extraño, tan ajeno?
¿Qué tan difícil puede llegar a ser saber si uno está mirando bien o hay otras ,
finalmente otras miradas posibles e igualmente buenas?
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