miércoles, 2 de marzo de 2016

Palabras



Son una de las fuerzas creadoras más potentes. Sobre todo en épocas determinadas de períodos evolutivos. De una persona y de la humanidad. No siempre es época de palabras, pero ahora sí. La parte más real de una persona llega a través de ella. Determina. Lo escrito en papel queda grabado. No a través de una tecnología hueca de información. Uno no es una cuenta de mail o un usuario de redes sociales. Que comparte fotos o mensajes prediseñados. Uno es lo que dice, lo que transmite. Que lo hace único. Con temores, vulnerabilidades, alegrías, placeres, deseos, sueños… La palabra bien usada crea. Acerca al mundo espiritual. Acorta distancias entre las personas. Cada letra tiene una determinada resonancia vibracional con el universo. Además puede sonar lindo o feo. Tanto en la palabra como en la acción hay un componente estético siempre. Algunas son bellas sin ser bonitas. La belleza reside en su veracidad y en su pureza. Una bonita pero irreal o falaz es sucia, carece de toda gracia. Como si fueran  llamas. Desde las llamas buenas se puede ver el mundo de las nubes. La palabra bien conformada, bien usada, cura. Trae orden en el aire y en la luz.

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