Casualidad

La mayoría de las cosas importantes que sucedieron en mi vida fueron así, casuales. Con esto quiero decir  no planeadas, no anticipadas, a veces ni siquiera imaginadas. No hubo proceso de análisis.  Ni lista interminable de “ a favor y en contra”. Casi ni siquiera recuerdo dudas . Lo que ciertamente recuerdo en todos los casos fue un deseo y una alegría irrefrenables . Una convicción de que ese era el camino y ese mi deseo. Y después que lo reafirmé, todas las circunstancias me fueron acompañando siempre. Como que una fuerza invisible me sostuviera y me dijera:” Ok. Ya que lo acabás de confirmar, te decimos: elegiste bien y te vamos a auxiliar. Hasta probablemente despejemos tu camino”  Puede no ser fácil y requerir mucho trabajo y esfuerzo . Puede incluir por épocas algo mal llamado sacrificio. Pero nada de eso pesa ni se siente cuando uno está feliz. Aún existiendo un gran interrogante sobre un enorme precipicio hasta que uno lo puede finalmente cruzar. Si la voluntad , un poco de  suerte y una buena estrella  acompañan. Aunque  uno no piensa en esa posibilidad. Está convencido de que esa es la opción y la manera adecuadas. De que no importa cuánto tiempo lleve o cómo se vaya desarrollando el paso a paso. ¿Qué sería como mucho un año o dos en toda la vida de una persona? Lo que verdaderamente importa es la decisión. Y llevarla acabo.  Entonces nos jugamos. Quemamos las naves. Con convicción , con pasión, con osadía.  Hasta con un poco de locura.   Sabemos que ya no podemos ni queremos volver atrás. No nos interesa el viejo formato pálido y monocromático. Pudimos vislumbrar otros colores . Tenemos que decidir el decidir. No por análisis ni cálculos lógico-matemáticos. Ni considerando múltiples hipótesis. ¿Cuánta información sería suficiente recabar para nuestra tranquilidad ? ¿Cuántas posibles opciones, diez, veinte, quinientas…?¿Cuántas reglas o justificaciones nos podrían convencer en uno u otro sentido? ¿Cuánto tiempo nos llevaría? Aún disponiendo de  todo esto, el momento de decisión es precipitado. Urgente. Finito. Irracional.  Es un impulso. Un tirarse al agua sin saber qué tan  fría u honda puede ser. Pero con fé. Eso quiero y a por eso voy. Me la juego, apuesto y me hago responsable de todo lo que pueda venir. Pero nunca voy a poder decir que elegí mal, porque lo hice con autenticidad. El corazón ya sabe todo. No necesita razonamientos lógicos.