jueves, 31 de marzo de 2016

Mirar. Llorar. Volver a mirar



Su valor depende de quién lo observe y cómo. Del momento en que eso ocurra. Depende de la luz y de la intensidad que se le quiera dar. De qué es aquello que se quiere mostrar. Y de lo que una quiera ver. Hasta donde se puede soltar la vista. Serena o caprichosa. Prudente y mezquina. O aventurada y suertuda. Mirar y encontrarle algo mío. O que no me represente nada. ¿Cómo puede una misma cosa ser tan diferente según quien la mire? O para el mismo observador ¿Cómo algo que  significó tanto en un momento, luego  resulte tan lejano, tan extraño, tan ajeno? ¿Qué tan difícil puede llegar a ser saber si uno está mirando bien o hay otras , finalmente otras miradas posibles e igualmente buenas?

martes, 29 de marzo de 2016

Keane - Somewhere Only We Know (Acoustic from Best of Keane)

Cartas. Hoy



1. Las cartas de vida son regalos. No se piden ni se esperan. Se leen con los ojos entrecerrados para ver mejor. Reposan debajo de la almohada. Guían. Alumbran. Clarifican. No sólo para un momento, sino para varios. 

2. Las cartas comunes sí se esperan, aunque tampoco se piden. Se esperan aunque no lleguen. Y se mueran con la ausencia. Nacidas de la costumbre, un día pasaron de moda. Ya no son esperadas ni buscadas. No son. No van a llegar porque nunca fueron escritas. Las palabritas sueltas que quedaban se dispersan y se esfuman en el vacío. 

3. El día entero fue como un asunto que no terminó de arrancar. Ni verano ni otoño. Anita Klein se fue a dormir con su camisón bordado y bajo la almohada, las cartas de Pedro que no combinan.  Su prosa es  descuajeringada, destripada, deslucida. Sin mucho arte. Algo cautiva en la combinación que no combina. ¿Será que es más real?

sábado, 26 de marzo de 2016

Personajes: Pedro de Alzáibar



Es mi amor ideal. Un winner total. Un hidalgo caballero de raza. Para mi es casi perfecto. Lo quiero tanto que hasta sus humanas imperfecciones o puntos flojos los veo con naturalidad. Tiene firmes convicciones y las cumple, no como yo . Aunque a veces puede ser más rígido y obtuso que cualquier soldado de la legión extranjera. Suele tomar decisiones apresuradas que nota mucho tiempo después. Pero igual no esquiva las consecuencias. Se ocupa de todo.  Es inteligente, valiente y sensible. Sin embargo puede que  le quede más cómodo hacerse el distante y desinteresado. Es casi perfecto para Ana. La diferencia fundamental es que él quiere una gran familia y muchos hijos. Ella ya no. Solo quiere recostarse sobre su pecho, respirar suave y pausado hasta quedarse dormida. Tanta novela sólo para eso. Dormirse con alguien es un  acto de amor que implica mucha confianza y profundidad.